Siempre hay que pagar un precio.
DOOM
El nombre que le había sido entregado por el Ordo Malleus había sido borrado de la existencia. El otrora glorioso apellido Van Alsick yacía perdido en un pozo de sangre coagulada. El que antaño había sido un hombre colgaba atado a cadenas oxidadas de un techo lejano e imposible, atravesado por enormes anzuelos que proporcionaban un dolor casi insoportable. Un demonio con forma de mujer y garras afiladas como el deseo se acercó al nuevo señor del Caos para hurgar en una herida abierta y purulenta que se abría como una boca enorme en su estómago. Weiss gritó sin sonidos, pues en la antigua base TAU la razón y el aire habían sido engullidos por una grieta de disformidad con destellos morados.
DOOM
A su lado el báculo de las mil formas zigzagueaba susurrándole promesas de imperios y vino templado servidos en mesas donde la carne de los enemigos era colocada humeante sobre la ceramita rota de servoarmaduras astartes. Weiss gritó de nuevo, engullido ahora su eco por el rugido pasmoso del Devorador de Almas. La mujer con ojos de tigre masticaba con lentitud una masa roja que salia reptando despacio de la herida de las tripas del Inquisidor.
DOOM
- Eres el Predicador de nuestra Palabra, Weiss,- zumbo Tzeench desde su báculo- eres el Paladín de la caída, el heredero del vacío. Abre la puerta del Planeta desierto y desencadena el final de todas las cosas. Tu nombre ahora es ácido en las bocas de los fieles, porque todos tienen envidia de tus logros. Vienen a quitártelo todo Van Alsick, vienen a dejarte sin nada.
DOOM
Weiss gritó, y cientos de marines viejos como el sonido dispararon sus armas contra el cielo ahora axfisiante de la sala.
DOOM
Cerca de su tormento le esperaban sus recompensas y las miro con las cuencas vacías de sus ojos. Sonrió con dientes podridos. Beso al engendro-mujer masticando también sus propias entrañas. Bajó del cielo disforme coronado de sangre y envuelto en cadenas y pinchos y garfios. Cogió su arma y su armadura, congrego sus acólitos con el sonido de la batalla, ordeno al báculo que fuera una como un martillo implacable y se dispuso a llamarse sólo Muerte.
DOOM
viernes, 3 de agosto de 2007
Suscribirse a:
Entradas (Atom)