martes, 9 de enero de 2007

Preparando la batalla

"Weiss Van Alsick, se ganó su sobrenombre de “El Azote” tras ordenar el Exterminatus sobre el mundo-granja Taifoon VIII (en el vecino sistema Interlink) y arrasarlo con una incesante lluvia de bombas víricas y torpedos de ultraplasma. Taifoon VIII había sido infestado por Saah’st’iir El Siseante y sus fervientes servidores, y fue Van Alsick el encargado de exorcizar al demonio y purificar el planeta. Por esta impresionante victoria, al Inquisidor Weiis le fue entregada el Hacha Demonio “Saah’st”, que blande con orgullo en todas las reuniones del Ordo Malleus Puritano Monodominante.

El hermano Tarsicius conoció a Van Alsick en ese infame exorcismo, en el que participó cuando apenas acababa de recibir la gracia de su armadura de exterminador de los Caballeros Grises. Guerrero infatigable, su implacable fe y su incorrompible pureza de alma le han hecho ascender rápidamente, consiguiendo el grado de Hno Capitán que ahora ostenta y una escuadra de cuatro hermanos exterminadores a su mando.

Shiro IV, en el sistema Zenon Prime, es el planeta mina con el yacimiento de Protheum mas grande la de galaxia. Fuente de energía casi inagotable, el valor del mineral en el mercado interestelar es incalculable. Aunque el Imperio se encuentra tecnológicamente estancado y es incapaz de refinar el mineral para obtener su energía, es muy consciente del poder económico que le proporciona controlar este yacimiento, por lo que el planeta Shiro IV se ha convertido en una pieza fundamental en la economía imperial.

La joven raza Tau, que dispone de una tecnología mucho más moderna y adaptable, también es consciente de las infinitas posibilidades que puede proporcionarle el procesamiento del Protheum y el control de este apartado planeta, por lo que decide lanzar un ataque de ocupación a las ordenes del reconocido General Shas `El Boltha y su consejero etéreo Aun ´Phi. Las defensas de la guardia Imperial presentes en el planeta poco pueden hacer ante el poderío Tau, y caen con facilidad tras 2 días de asedio.

Aunque la economía poco le importa a Van Alsick, un holomensaje enviado por una patrulla de la Guardia que se ocultó en una de las últimas minas excavadas en el planeta, han puesto en alerta al Inquisidor ante una nueva amenaza de la Disformidad. En el citado holomensaje, podía apreciarse como uno de los soldados tropieza con un objeto de forma difusa, y lo desentierra como poseído de un inesperado paroxismo. Enarbolando algo parecido a un bastón que va cambiando de forma continuamente (ahora una serpiente, ahora un barra de hierro oxidada, ahora un cetro de oro y joyas) el soldado grita algo en un lenguaje olvidado e incomprensible y tras un fogonazo la imagen desaparece. Después de enviar las imágenes a Titán, mundo-templo de los Caballeros Grises, una consulta de emergencia al Librarium Daemonica que le cuesta la vida a un novicio y graves heridas a un hermano, confirmó a Van Alsick sus peores temores. El objeto borroso y cambiante es el “Báculo de las Mil Formas”, corrupto y poderoso objeto de Tzeench y antigua llave del portal del Caos de Alsahadar, actualmente en aparente inactividad.

Ante el peligro de que los xenos herejes en un alarde de ignorancia típica de su impía raza se apoderen del objeto de perdición y ocasionen un desastre reabriendo el portal y desencadenando una tormenta de disformidad sin precedentes, la intervención de la Inquisición debe ser fulminante e implacable.

El inquisidor mandó una advertencia a los Tau, arropado por la jerarquía Imperial, haciéndoles saber que si no abandonaban automáticamente el planeta, serían arrasados sin piedad por las fuerzas Imperiales. El General Boltha, envió un negociador de la casta del agua, pero la respuesta del inquisidor fue tajante y brutal: la cabeza del embajador ensartada en una pica dorada. La purificación era inminente e inevitable.

Una vez cursada una solicitud de alta prioridad reclamando el apoyo de la escuadra de exterminadores de Tarsicius, el Inquisidor Weiss Van Alsick, aterriza con su séquito y dos escuadras de comando en los yermos de Shiro IV, donde ya le espera el Venerable Hermano Gaelio, confinado en su implacable Dreadnought. Las noticias no pueden ser mejores, ya que el Hno Tarsicium y su escuadra están a punto de ser transportados a la superficie del planeta.

A lo lejos, Shas `El Boltha dispone cuidadosamente el emplazamiento de sus tropas y consolida posiciones alrededor del yacimiento origen del conflicto.
Antes de subirse a su armadura de combate, mira a su consejero con una media sonrisa apenas dibujada en el rostro.
- Los derrotaremos Mi General...-asiente el etéreo con su voz opaca
- Lo sé.

La batalla está a punto de empezar..."

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